Cada vez tenemos más consciencia de que el ser humano es una
realidad compleja y, a la vez, una unidad indivisible… El Coaching Integral parte
de esta consciencia y, por eso, está encaminado a ayudar a la persona a desarrollarse
en todas sus dimensiones: individual, interpersonal y trascendente.
Cada uno de nosotros somos seres únicos e irrepetibles, con
algo maravilloso que aportar al mundo, a la sociedad; estamos llamados a dejar
una huella en nuestro paso por la vida. Para ello, es necesario conocer y
desarrollar todo el potencial que llevamos dentro, a modo de una semilla que,
si la rodeamos de las condiciones necesarias, crecerá y dará fruto, un fruto
sabroso que estará a disposición de nosotros mismos y de los demás… Y el Coaching
puede ayudarte a ello… A conocerte, a desarrollarte, a verte a ti mismo como el
ser maravilloso que eres y a entender tu vida como un don para el mundo.
El Coaching Integral parte, también, de una visión
antropológica concreta: El ser humano tiene una dimensión corporal, que nos
ayuda a relacionarnos con los demás y con nuestro entorno; una dimensión que
nos mantiene en relación con el “exterior”. Pero no somos solo “exterioridad”.
Esta exterioridad está alimentada y en profunda conexión con nuestra “interioridad”.
Tenemos todo un universo de pensamientos y emociones que nos habitan… Pensamientos
y emociones que son los que dirigen nuestras acciones, nuestra conducta
exterior, nuestra relación con nosotros, con los demás, con el mundo. Y el
Coaching puede ayudarte a conocer ese mundo interior, a potenciar todo aquello
que te ayuda a ser cada vez más tú mismo y a liberarte de todo aquello que te
limita y no te permite alcanzar tus sueños.
Y, por último, esta visión integral del ser humano, reconoce
en cada persona una dimensión espiritual. No somos seres cerrados en nosotros mismos,
sino que estamos abiertos a una realidad que nos trasciende y, al mismo tiempo
nos habita. Por eso, el Coaching Integral te ayudará a conectar con tu dimensión
espiritual, con esa energía, esa fuerza y ese amor que nos habita, para
permitir que fluya con todo su potencial, riegue esa semilla que tenemos en
nuestro interior y nos permita comunicar a nuestro exterior esa misma energía,
fuerza y amor que nos habita.
¿Te animas a vivir esta experiencia?